EPM reportó un crecimiento del 12% en ingresos, 17% en ebitda y 6% en su utilidad neta comparado con los números del mismo periodo de 2023.
Por: El Colombiano (Editorial)
Imagen tomada de Valora Analitik
Para los inversionistas interesados en acciones de compañías listadas en la bolsa de valores, acaba de concluir uno de los cuatro momentos más importantes del año en lo que respecta al seguimiento de sus inversiones: el reporte de resultados trimestrales, en el cual las compañías están obligadas a publicar sus estados financieros y a responder dudas de cualquier inversionista sobre el desempeño de sus negocios.
EPM claramente no está listada en bolsa, pero lo interesante es que también está obligada a compartir sus resultados cada tres meses debido a que tiene deudas y acreedores en el mercado de capitales. De tal suerte que los dueños de EPM, en este caso todos los medellinenses a través de la propiedad de la Alcaldía de Medellín, podemos hacer un seguimiento a sus cifras, especialmente en momentos como este, luego de que la gestión de Daniel Quintero puso en riesgo el manejo ejemplar al que estábamos acostumbrados en esta joya de la corona.
Afortunadamente, lo primero que resalta del desempeño de EPM en este primer trimestre de 2024 es su fortaleza y resiliencia para salir avante a pesar no solo del cuatrienio de malas decisiones recién superado, sino también del impacto del fenómeno de El Niño en la generación hídrica: mientras otros generadores colombianos reportaron disminuciones en sus ingresos y ebitda, EPM reportó un crecimiento del 12% en ingresos, 17% en ebitda y 6% en su utilidad neta comparado con los números del mismo periodo de 2023.
Para esos buenos números fue crucial la entrada en funcionamiento de las unidades 1 a 4 de Hidroituango (1.200 megavatios de capacidad instalada) un proyecto que, no sobra recordar, se puso en marcha gracias a los titánicos esfuerzos de los ingenieros y técnicos de EPM, que contra viento y marea, y contra los intentos de la Alcaldía de Quintero de acabar con esa megaobra, lograron sacarla adelante, ayudaron a salvar al país de un apagón durante los meses más críticos de El Niño, y también a obtener un resultado sólido para la compañía en circunstancias adversas.
No obstante, también surgen preocupaciones respecto a EPM por Hidroituango. El avance total de la obra apenas aumentó del 92,66% al 92,77% entre la última llamada de resultados y abril de 2024. Este lento progreso era previsible debido al cambio de contratistas, pero no deja de ser lamentable: debido a la decisión de Daniel Quintero de darle el contrato a los chinos a cualquier costo, ya se empiezan a percibir las consecuencias en posibles retrasos para la puesta en marcha de las Unidades 5 a 8 del proyecto, algo que necesita urgentemente no solo EPM, sino también el sistema eléctrico colombiano para atender la creciente demanda. Según los detalles ofrecidos durante el segmento de preguntas y respuestas de la llamada, se estima que la culminación de la obra podría darse entre finales de 2026 y el tercer o cuarto trimestre de 2027.
Por otro lado, otra herencia preocupante de Quintero es Afinia, cuya adquisición, motivada por intereses políticos y marcada por una gestión irresponsable y presunta corrupción durante la pasada administración, representa una vergüenza para la institución y comienza a impactar negativamente las perspectivas futuras de la compañía. En el primer trimestre, Afinia representó un aporte negativo en el resultado de EPM, y aunque se anticipa una mejora durante el resto del año, persisten muchas dudas sobre los compromisos que EPM tiene por esta inversión.
Por un lado, genera preocupación la incertidumbre respecto a las deudas que tiene Afinia por la opción tarifaria: es la compañía comercializadora del país a la que más se le adeuda por este concepto, y si el Gobierno Nacional no cumple con su compromiso de proporcionar recursos para este pasivo, la posición financiera de la empresa enfrentará serios retos de liquidez.
Por otro lado, los compromisos de inversión que tiene EPM en Afinia para mejorar redes, subestaciones, líneas, tecnología y, en general, el mantenimiento para elevar la calidad del servicio que viene desde los tiempos de Electricaribe, solo aumentarán: se estima que el capital necesario prácticamente se duplicará de aquí al 2027, y no hay claridad sobre si, dada la coyuntura crítica de altas tarifas que enfrenta la Costa Caribe, estas inversiones se traducirán en una reducción del índice de pérdidas que permita rentabilizar la compañía.
Gracias a su talento humano y a los activos construidos a lo largo de décadas de trabajo técnico y juicioso, EPM está en condiciones de seguir entregando buenos resultados en el corto plazo. Sin embargo, las malas decisiones de la administración pasada plantean interrogantes sobre las perspectivas a mediano y largo plazo. Afortunadamente, si hay alguna compañía con las capacidades para salir incólume de una crisis, esa es EPM. Por el bien de la ciudad de Medellín, que es la dueña, esperamos que así sea.
Publicado el 25 de mayo de 2024