En Medellín crean planta para producir combustibles a partir de hidrógeno y aceites residuales

Investigación

«El equipo, cuyo desarrollo lideró la Universidad de Antioquia, tiene la capacidad de procesar hidrógeno verde, azul y gris, y usa aceites residuales de cocina y animales para producir diésel renovable y combustible para aviones»

Por: Alejandra Zapata Quinchía

Buscando aportar a la transición energética en Colombia y mitigar la dependencia en los combustibles fósiles, investigadores paisas desarrollaron un equipo capaz de procesar hidrógeno verde, azul, y gris, así como aceites residuales de cocina y grasas animales para generar diesel renovable y combustible para aviones (biojet).

Se trata del proyecto Power to X, desarrollado gracias a una alianza entre el grupo de investigación en Procesos Químicos Industriales (PQI) de la Universidad de Antioquia, liderado por el ingeniero Luis Alberto Ríos; el grupo de Manejo Eficiente de la Energía (Gimel), dirigido por el profesor John Ramiro Agudelo; la Universidad de la Guajira; Fedepalma, y la empresa IEA Instruments.

También contó con asesoría de entidades como la Universidad de Michigan (Estados Unidos), la Universidad Castilla de la Mancha (España) y la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme).

“Uno de los grandes desafíos de las tecnologías renovables es la adquisición de estos equipos debido a sus elevados precios, extensos tiempos de entrega y altos costos de reparación y mantenimiento: en promedio, un equipo para investigación y desarrollo con capacidad de producción de 1 litro/día de diesel renovable cuesta alrededor de 1.000 millones de pesos”, explicó James Alberto Marín, gerente general de IEA Instruments.

El equipo tiene un alcance mucho mayor que los convencionales, pues en este se puede procesar hidrógeno (verde, azul, gris, magenta y blanco), CO2 y también obtener gas natural sintético. Foto: Cortesía

Precisamente, esto fue lo que llevó a que esta alianza entre universidad, empresa y Estado desarrollara, con un presupuesto de unos 800 millones de pesos, un equipo modular que puede procesar 30 litros/día de grasas animales y aceites de cocinas residuales de baja calidad para obtener diesel renovable o biojet.

Además, tiene un alcance mucho mayor que los convencionales, pues en este se puede procesar hidrógeno (verde, azul, gris, magenta y blanco), CO2 y también obtener gas natural sintético.

Desde el grupo Gimel, de la Universidad de Antioquia, se están encargando de poner a prueba los nuevos biocombustibles en motores convencionales, para así definir la calidad y parámetros técnicos de estos.

¿Qué viene luego?

Este tipo de tecnologías, conocidas mundialmente como Power to Liquid (PtL), buscan densificar energéticamente el hidrógeno verde en moléculas líquidas de mayor poder calorífico al biocombustible producido.

Por ello, según Marín, este equipo modular es altamente flexible, permitiéndole también transformar el principal gas de efecto invernadero (CO2) en alcoholes como el metanol para la industrial del biodiesel o del plástico. O convertir el CO2 en gas natural sintético y otros hidrocarburos de interés en la industria energética.

“La tecnología que nosotros usamos se conoce como Power to X, donde Power es electricidad y X es la otra molécula resultante con valor energético, representando el procesamiento de diferentes materias primas (gases y líquidos) que, junto con el hidrógeno, generan productos de valor agregado para diferentes mercados”, añadió.

Ahora, luego de la etapa de desarrollo e instalación, Claudia Gómez, investigadora del grupo PQI, contó que están trabajando en la producción de los biocombustibles, así como la evaluación del desempeño mecánico y las emisiones en motores diesel comerciales y de aviación.

“Se busca valorizar la tecnología mediante la evaluación de escenarios para un prototipo a pequeña escala en una biorrefinería. Además, se realizarán actividades para identificar escenarios de negociación con otros desarrolladores de tecnologías existentes en el mercado, así como inversionistas y empresas”, afirmó.

Pero los desafíos no son pocos. De acuerdo con Karen Peralta, directora de la Cámara de Hidrógeno Andi-Naturgas, para que en Colombia estas tecnologías renovables sean más competitivas, la prioridad del país debe ser crear condiciones propicias para dinamizar la inversión a largo plazo, con políticas y marcos regulatorios estables que incentiven este tipo de proyectos.

Otro elemento crucial es promover la demanda en sectores estratégicos como el transporte aéreo y de carga, las refinerías y las industrias de producción de fertilizantes, acero y cemento.

Asimismo, dijo, se debe reducir el valor de la tecnología necesaria para aprovechar las fuentes de energía renovable.

Publicado por El Colombiano el 21 de mayo de 2024.

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